Evo y Álvaro renuncian; dicen que lo hacen debido al golpe «cívico-político-policial»
EL ALTIPLANO

El presidente Evo Morales descartó las versiones de que hubiera intentado dejar el país y aseguró que, en su caso, se queda en El Chapare, en Cochabamba, a retomar sus actividades personales. García Linera anunció: «Volveremos y seremos millones». Poco antes, las FFAA, la Policía y la COB sugirieron la renuncia del Jefe de Estado.
La presión llegó al límite y el presidente Evo Morales renunció este domingo, 73 días antes de cumplir su tercer mandato constitucional continuo. Hizo lo mismo el vicepresidente Álvaro García Linera y ambos lo anunciaron mediante un mensaje transmitido por el canal estatal Bolivia TV, donde explicaron que lo hacían para evitar la escalada de violencia de la que culparon a una conspiración golpista «cívico-político-policial» que estuvo alentada por el cívico cruceño Fernando Camacho y el candidato a la Presidencia Carlos Mesa.
«Estamos renunciando para que mis hermanas de pollera, como en Santa Cruz y Cochabamba, no sean siendo pateadas. Ahora pueden estar satisfechos Mesa y Camacho. Renuncio por ellas, por ellos… No quiero que haya enfrentamientos», afirmó Morales en una conferencia de prensa conjunta con García Linera y la ministra de Salud, Gabriela Montaño. Descartó además las versiones de que hubiera intentado dejar el país y aseguró que, en su caso, se queda en El Chapare, en Cochabamba, a retomar sus actividades personales.
«Ahora he renunciado, hemos renunciado, no quiero ver más familias maltratadas por instruccion de Mesa y Camacho», insistió, tras condenar los ataques que sufrieron autoridades y militantes de supartido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), entre ellos su propia hermana Esther, de quien su vivienda fue quemada en medio del conflicto social que vive el país tras las elecciones generales del 20 de octubre.
Pidió a la comunidad internacional que «diga la verdad sobre el «golpe cívivo-político-militar», aunque aclaró que en el caso de los uniformados no fueron todos quienes acompañaron el proyecto para su derrocamiento.
«Ser indígina y ser de izquierda antimperialista es nuestro pecado», concluyó y advirtió que si le pasa algo a él o a García Linera» será culpa de Mesa y Camacho», ya que recibió información de que incluso ofrecieron $us 50.000 para entregarlos.
García hizo luego un repasdo de los logros de la saliente administración durante sus 13 años, 9 meses y 18 dias de gestión de Gobierno y envió un mensaje a los cívicos y políticos de la oposición. «A los que nos han robado el voto no descuiden Bolivia; al pueblo boliviano, que siempre vamos a estar a su lado y vamos a cumplir la sentencia de Tupak Katari: volveremos, volveremos y seremos millones», anunció.
En la jornada. aunque ya durante la mañana comenzó el derrumbe de su entorno con la renuncia de varios de sus principales colaboradores, fozados en algunos casos por ataques contra sus propiedades y sus familias, y el inicio de procesos judiciales contra los presuntos autores materiales del “fraude”, los vocales del Tribunal Supremo Electoral, el cherri sobre la torta lo puso las Fuerzas Armadas, que alrededor de las 16.00 emitió un pronunciamiento pidiendo su dimisión “para devolver la paz social” al país.
Luego hizo lo mismo el Comandante Nacional de la Policía Boliviana, Yuri Calderón, luego que jefes y oficiales de esta institución anunciaran que decidieron sumarse al «repliegue» (motín) en demanda de su dimisión. “Nos sumamos al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia en estos duros momentos que atraviesa la nación”, anunció.
Antes, la OEA hizo conocer su informe preliminar de auditoría electoral que detectó manipulación informática en los últimos comicios, lo que disparó la presión para que Morales presente su renuncia. Al anunciar su dimisión, defendió su victoria en primera vuelta y dijo que la OEA tomó una decisión política antes que técnica.
En la mañana había hecho una propuesta para que se convoque a nuevas elecciones con nuevas autoridades en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y nuevos actores políticos, pero ello no pudo aplacar la exigencia de su alejamiento, que inicialmente fue planteada por el movimiento cívico que se encuentra movilizado desde hace 20 días.