Venezuela: La otra narrativa. La narrativa que oculta la derecha política

EL ALTIPLANO

Luis F. Vilcatoma Salas.

Escribe: Luis F. Vilcatoma Salas

La problemática venezolana actual tiene dos narrativas en su interpretación: la narrativa de la derecha política y la narrativa crítica de la izquierda. La narrativa de la derecha política, segmentada, simplista y focalizada solamente en uno de los factores de la problemática: el presidente Maduro y el régimen bolivariano,  orientada a la construcción social subjetiva de una “realidad abstracta” sobre la cual descargar todos los fuegos de la crítica y la intervención en el Estado venezolano; y la narrativa crítica de la izquierda, abierta a las múltiples “determinaciones”  que configuran la totalidad del cuadro problemático venezolano o “totalidad concreta” que permita explicar los efectivos intereses ideológicos, políticos y económicos en juego.

Desde esta segunda narrativa, la narrativa crítica, en consecuencia, la problemática venezolana es una problemática con múltiples aristas, causas, factores y consecuencias que la narrativa de la derecha política no está interesadamente tomando en cuenta en su “pensamiento único” orientado a la caída del régimen político bolivariano. Dentro de todos estos factores existen tres de suma incidencia que se desprenden de esta forma diferente de ver las cosas que tiene el enfoque crítico de izquierda: el factor ideológico, el geopolítico y el económico.

El factor ideológico es el factor de la concepción del mundo e ideas que organizan la vida del ser humano en sociedad. La derecha política tiene como ideología la defensa, mediante sus ideas y decisiones, del sistema capitalista en crisis: sus relaciones socioeconómicas asimétricas de producción donde la fuente de la riqueza burguesa se encuentra en la explotación de la fuerza de trabajo, origen principal de la pobreza, el atraso, la desigualdad y la marginación social. De un capitalismo que está llevando a la destrucción de la naturaleza y vida humana a través de la explotación irracional de “materias primas”, la contaminación del medio ambiente y el cambio climática con efectos severos sobre la vida humana que ya los estamos experimentando en estos momentos. Por lo tanto, el capitalismo e imperio norteamericano propugnan, organizan, planifican y ejecutan la caída de cualquier gobierno con ideología diferente y especialmente si se trata de una ideología socialista, como lo está haciendo con todos los gobiernos del “ciclo progresista” en América Latina del cual Venezuela es uno de sus importantes componentes.

El factor geopolítico es el factor de la lucha de las grandes potencias económicas por un nuevo reparto del mundo donde los EEUU han comenzado a desplegar con Donald Trump a la cabeza una lógica activamente agresiva especialmente en el terreno militar. Para nadie es un secreto la pugna actual por esferas de influencia especialmente entre Rusia, China y EEUU con sus respectivas áreas de influencia o bloques geopolíticos, pugna en la cual involucran a los países “subdesarrollados”, de “desarrollo intermedio” o del “tercer mundo” o como se llamen. América Latina tradicionalmente considerada como el “patio trasero” de EEUU comenzó a ser penetrada, también, por la influencia soviética inicialmente y luego Rusa particularmente mediante la venta de tecnología militar; y por la influencia de China más recientemente mediante poderosos lazos económicos; convirtiéndose esta parte del mundo en un teatro importante de pugna entre el capital y los gobiernos de estos países. En el caso de EEUU una pugna acicateada por el deterioro estructural de su poder económico frente a sus rivales particularmente China. En consecuencia la recuperación de la influencia económica y política norteamericana sobre los países de América Latina y Centro América, pasa por erradicar y desmantelar el ciclo progresista, autonomista y crítico que se ha estado viviendo en varios países de la región como es el caso de Argentina, Chile en cierto modo, Ecuador, Brasil, Bolivia, Uruguay y Nicaragua entre otros. Algo que lo ha logrado o lo viene logrando haciendo uso de diferentes metodologías: la reversión manipulada del consenso ciudadano expresada en las urnas electorales como ha sucedido en Brasil, Ecuador, Argentina y Chile; el “golpe de Estado parlamentario” como en el Paraguay; o el estrangulamiento económico, intervencionismo diplomático y amenaza de  intervención militar como lo está haciendo en estos momentos con Venezuela, Nicaragua y Cuba.     Venezuela, así, se ha convertido en el punto emblemático y crítico de esta confrontación geopolítica donde el factor activamente agresivo y recuperativo está del lado del imperio norteamericano que subordinadamente cuenta con el apoyo del Grupo de Lima del cual se ha hecho parte lamentable y antidemocráticamente el Gobierno Peruano presidido por Martín Vizcarra; y de varios países del capitalismo europeo.

El factor económico constituye el factor recursos naturales con los que cuenta abundantemente Venezuela además del petróleo el gas natural, bauxita, hierro, coltán, carbón, oro, energía hidroeléctrica, plata, titanio, mercurio, etc. Recursos que el gran capital norteamericano necesita o habrá de necesitar en un futuro determinado para la reproducción de su economía y el mejoramiento de su tasa de beneficio especialmente en circunstancias en que la economía mundial  amenaza con ingresar hacia un ciclo de crisis más fuerte que el anterior. No son válidas, por tanto, las afirmaciones aquellas de que el capital norteamericano ya no requeriría estos recursos naturales, como el petróleo por ejemplo “porque los tiene en abundancia en su propio territorio”. No perder de vista que en la visión estratégica del imperio estadounidense la acumulación de recursos tiene un sentido previsorio de recursos en la pugna mundial y la reproducción del sistema capitalista más allá del corto plazo.

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